Este mes de septiembre, el Ministerio de Sanidad hizo públicos los números sobre el gasto farmacéutico como indicador del estado actual del sector. Los números arrojan un descenso del 8,85% respecto al año anterior.
En un principio, todo parece indicar que la situación es buena. A simple vista, un descenso nos da la idea de que se está ahorrando en materia de sanidad. Pero cuidado, no es oro todo lo que reluce. Este indicador está sujeto a 2 variables:
- Precio medio de las recetas
- Número de recetas
O sea, de una forma muy simple: Gasto Farmacéutico= Precio Receta * Nº Recetas (evidentemente, existen muchísimos más factores para realizar la medición pero éste suele ser el más controlable o almenos de los que se dispone una información más directa por parte de cada Comunidad Autónoma).
Está claro que la multiplicación de ambos nos propicia el dato que queremos obtener, pero la verdad es que para controlar el gasto farmacéutico es necesario que ambas variables desciendan y esto no es así.
Lo que sucede en realidad es que ha bajado el precio medio de la receta, o sea, el precio de los medicamentos. Esto es debido a los reales decretos contínuos que sufre el sector. En cambio, el nº de recetas se ha incrementado respecto al 2010 en un 2,28% por lo que esta cifra nos revela que la gestión del sistema sanitario que no tiene nada que ver con las farmacias supone un atraso y mal modelo para evitar más pérdidas económicas.
Ahora bien, en vista de este resultado se estableció recientemente el nuevo Real Decreto RDL 9/2011 en el que los médicos deberán preescribir por principio activo y no por marca comercial. De momento, esta medida si uno se fija bien sigue sin justificar la variable del nº de recetas por lo que ya veremos si el resultado va a cambiar o no.
Lo que si cambiará será la inversión en I+D y el empleo en la industria farmacéutica, pues llevamos años en una guerra de precios «patrocinada» por reales decretos que han hundido totalmente la inversión en nuevas moléculas en nuestro país. Esto hace replantear a las grandes farmacéuticas su situación en el estado español, bien deslocalizando sus plantas de producción o incluso abandonando el territorio. Y es que un país sin I+D tiene muy poco futuro.